La síndrome de la Doctora.
Fumar hace daño. De acuerdo, hace mucho ya que me han convencido y no voy a decir nada en contra de esta afirmación (dogma). Pero es un hecho real lo de que, desde que no fumo casi, bueno, que reducí sensiblemente mis cantidades de nicotina diaria (hay muchos días que ni uno), estoy peor. Tos, dolor de garganta, catarro, crisis respiratorias, tonsilas inflamadas... sin embargo ¡esto no lo escriben en los paquetes de tabaco! Deje de fumar y estará hecho una mierda. Cobardes. En todo caso, dicen que al principio es normal porque es una especie de reacción de los pulmones que, por fin liberados de la esclavitud de un cigarrillo cada 3/4 de hora, sacan para fuera toda la mierda acumulada en años.
Esta por lo menos es la creencia popular. Porque resulta, señores míos, que la Doctora no se traga cualquier tontería (tzk!) y se documentó, ¿y qué te descubre? Que existe una affección de las vías respiratoria denominada nada más ni nada menos que BOOP o sea, bronquiolitis obliterante con neumonía organizada, ¡toma!
A eso se le llama rigor científico. Que no me vengan luego con leyendas urbanas.
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