viernes, 10 de noviembre de 2006

Flexibilidad.


Bueno gente, por fin una buena noticia. Parece que a partir del 1 Diciembre tendré un nuevo trabajo. ¡Uff! Hacía unas cuantas semanas que esperaba poder escribir eso, qué alivio. Un trabajo de media jornada, as usual, con un sueldo misérrimo pero ¿qué va a ser? De momento es todo a lo que puedo aspirar siendo yo una doctoranda llena de compromisos académicos. De toda forma pagan siempre mejor que en la librería, y además estaré sentada en una mesa haciendo algo de lo mío. El día que podré definir qué es lo mío podré decir que seré una mujer realizada. Bah.

De todos modos, la alegría de esa noticia se vio sin embargo amargada por el triste descubrimiento que hice al salir de la oficina de que mi móvil no me acompañaba. Nada, no estaba. Desaparecido. Mejor dicho, robado, carajo, ¡robado! Y lo que es peor, ¡delante de mi nariz!! Dos pendejos me estuvieron pidiendo información y la mujer bacalao explicándoselo todo hasta el mínimo detalle mientras esos descaraos se aprovechaban de su buena fe! Ays...

En fin, ya bastante apesadumbrada por la premadura pérdida de mi querido instrumento de contacto con el mundo...¡¡¡es viernes, hijos de la gran puta, no me puede dejar sin móvil un viernes!!!
..decía, apesadumbrada me iba yo cuando además me acordé que estaba esperando un llamado para un trabajo de antropóloga - sí, leyeron bien, de antropóloga - ¡y que no me podían contactar!
AAAAAAAAAARGH pendejos, si los pillo...

Esta es la semana de la rabia contra la adolescencia. El otro día un skater casi me parte una pierna. Nada, yo estaba charlando por telefono (snif... R.I.P.), al mocoso se le fue la tabla que se chocó a una velocidad de fórmula uno justo justito contra el hueso de mi tobillo. Y hoy los ladrones. Grrrrrr, viejita colérica...

Total, que cada cosa últimamente gira alrededor del tema: trabajo. Que en realidad quiere decir: dinero. Ustedes me dirán: bienvenida a la vida real, nena. Ya. A ver, nunca fue un eldorado pero claro, mientras sos estudiante es bastante normal estar siempre sin plata. Pero cuando ya han pasado casi dos años desde que se acabó la carrera y estamos peor que antes, hay que preguntarse qué es lo que no está funcionando. Cuando este verano me encontré endeudada con todo el mundo porque me quedé en 0,0 durante un mes entero, me dije que jamás se repetiría. Y acá estoy de vuelta. 0,0. Es viernes, estoy aislada sin teléfono y con los bolsillos vacíos. Posibilidades de obtener una beca en tiempos breves: remotas. Posibilidades de vivir dignamente en cuanto empieze a cobrar de vuelta: ninguna. Posibilidades de hacer lo que tendría ganas de hacer: olvídate, guapa.

Este año cambié 5 trabajos: 1 lo dejé cuando se terminó el contrato; 2 los dejé antes de tiempo; de 1 me despidieron a la semana; con el próximo a ver qué pasa.

"...Por lo tanto, para alcanzar los estandards de flexibilidad que los que hacen
y deshacen las normas han establecido para los que estan del lado de la oferta,
es decir, para ser "flexibles" a los ojos de los inversores, la situación de los
"provedores de trabajo", ha de ser tan rígida e inflexible como sea posible; ha
de ser todo el contrario de flexible, es decir, su libertad para elegir, aceptar
o rechazar, y no digamos para imponer sus propias reglas en el juego, tiene que
ser arrancada de la raíz."

Z. Bauman, 2001.

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