Los comienzos + proponimientos para el año nuevo #2, 3 y 4

Me hacen notar que hace una semana que no escribo nada y, siendo éste el blog más leído de... mi finca (al menos eso creo, porque realmente no se si mis vecinos tienen la misma afición a las bitácoras), me siento en deber de poner al día mis queridos tres lectores sobre el comienzo de mi 2008.

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Y efectivamente es que estaba un poco bloqueada, en el doble sentido del bloqueo del escritor y de las cervicales, que anoche me hicieron ver todas las estrellas del firmamento desde la agonía del sofá. Las energéticas técnicas de masaje de Mari y algo de química me ayudaron a salir de la situación.

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El año nuevo fue recibido en Roma, chez monsieur Snappa, con un festín de comida y vino de li castelli muy digno. Acogimos el 2008 con algo de disimulo, Mr.Pijama y yo, como quien no se ha percatado mínimamente de que es medianoche y no ha caído en que hay que ir a besar a todo el mundo, pese a que se conozca a un décimo de las personas presentes. Bueno, esa era mi teoría, porque mi compadre decía que en fiestas multitudinarias en absoluto hay que felicitarse con todos, sólo con los conocidos, mientras que según yo hay que ir a desearle lo mejor para su vida hasta al perro de la vecina si es que entra en la órbita de nuestros movimiento. De ahí su aplomb y mi ansiedad. Resuelta escondiéndome detrás de un arbusto a la espera de que fueran las 00.10. Estrellitas, petardos y pedopedopedo.

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Superado con elegancia y savoire faire el enésimo tentativo de boicot de viaje en el check-in de ryanair, regresamos de vacaciones el 1 y el 2 ya estaba yo de vuelta en el trabajo. Días de intenso trabajo interno, que me copó mucho más de lo previsto (debido a que correspondió con una fase altamente creativa y proyectual) y que hace que me replantee una serie de ideas que me revoloteaban por la cabeza y que ahora ya no me parecen tan buenas. En cualquier caso, la cosa buena es que al fin al cabo depende todo de mí. Por supuesto, lo malo es que depende de mí.

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Y con una agenda repleta de entregas, deadlines, convocatorias que cierran y al otro día abre una nueva etc., tengo para hacer. El año nuevo pinta laborioso, cuanto menos. Por lo tanto debería estar disponiéndome a la acción ahora mismo. YA. Voy.

Mis uñas crecen, tímidamente, pero crecen.

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Y hablando de buenas intenciones, este año decidí que: retomo el tango sin más, me tonífico y aprovecho mejor mi tiempo. Sería maravilloso si también dejara de fumar, pero vamos, un poco de realismo.