sábado, 19 de agosto de 2006

Fiestas de Gracia 2006, viernes, cuarto día.

Una tisana, por favor.

Lo logré. Apelé a todo mi sentido de la responsabilidad, o mejor sería decir de la realidad, y resolví NO SALIR por esta noche. Mañana hay que levantarse, me duelen los pies y estas son ya de por si dos buenas razones para que me de muuucha pereza levantar mi augusto culo y enfrentarme con algo así como 200.000 personas saltando fuera de mi portería. Además me zarpé un platazo de ossobuco con pimientos del que puedo perfectamente seguir todo el trayecto a lo largo de mi esofago de lo pesado que estaba. Un ossobuco con gps, digamos. Creo que ahora está acercándose al piloro. De todas formas, por deber de crónica, hay que agregar que con dos euritos y cuarenta en el bolsillo no se puede ir muy lejos. Yo por lo menos no (soy una mujer con ciertas necesidades), así que el programa de hoy son grallas+rumbilla desde el salón, y adolescentes devolviendo bajo mi ventana. (Lo que no puede la consciencia, puede la economía. Es verdad, el mercado mueve el mundo).

Dlin dlon! Unos diablos tentadores acaban de tocarme el timbre y resistí. Una de dos, o por fin me he vuelto sabia, o ya me he vuelto vieja. Cuál será?

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