jueves, 17 de mayo de 2007

Técnicas de sobrevivencia, parte 1ª:
Vacas sementales y gallinas hipertróficas


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Estamos todos de acuerdo que el mundo está fatal, ¿verdad? En pesimísimas condiciones, el pobre. Ok, pero mientras se derriten los glaciares y le gente se mata como perros un poco en todos lados, nosotros acá abajo podemos intentar llegar a fin de mes con los nervios más o menos firmes y un poco de creatividad.
Como se dice, de necesidad virtud y de tripa corazón.

Una primera técnica son las incursiones exporádicas en el mundo del espectáculo. El otro día fui a mi primer casting: se ve que no tengo mucha experiencia en materia, si no no me hubiera presentado prácticamente en pijama y con cara de qué hago yo aquí, no me pidan que sonría... bah, ya fue. Para el próximo iré disfrazada de Pantoja, aver si se fijan en mí.

Ese mismo día me llegó otra sugerencia de cómo conseguir dinero rápidamente y sin prestaciones sexuales, atención. Casamientos por convenciencia: a mí extracomunitario me dan los papeles, a vos europea te llegan unos 3.000 euros limpios (valor que cambia según las oscilaciones de la bolsa negra) y una promesa de divorcio en cuanto sea posible. No caí pero me lo pensé, hay que ser honestos.
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Luego está el método ACRI: aprovechamiento de capacidad reproductiva inutilizada. Chicas, desperdiciamos cada año por lo menso 12 óvulos que, si lanzados al mercado, se convertirían en una buena fuente de ingresos extra. Cada uno vale como mínimo 700 euros, que es lo que pagan para la donación. Lástima que te tengan que pinchar y llenar de medicamentos super chungos durante tres semanas para que tu huevito esté en plena forma. Los chicos lo tienen más fácil: después de hacer un par de tests preliminares que establezcan la calidad del material, ya pueden empezar a donar todo lo que les sobre, 50 euros a chorro, y se pueden ordeñar cuantas veces quieran. No está mal como oficio, el de central lechera. Además, es un sistema de autoproducción que evita la explotación y respeta el medio ambiente. Natural y sano: ¡qué idea más fecunda!

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