De grande seré...
Me encontré eso en http://www.antropologicas.com/, y no pude no reconocer lo cierto que es:
Ocho claves para reconocer a un/a antropóloga/o:
MUNDOLOCUTORIO
1) Estudiás antropología porque creés que vas a viajar a
algún país raro y te pasarás unas lindas vacaciones en una Isla del Pacífico con
bellas nativas/os a tu alrededor, pero terminás haciéndole algunas entrevistas a
tu abuela siciliana en su cocina, para ‘recuperar la memoria de los
inmigrantes‘.
2) Después de años de haberte recibido, tus viejos te siguen
preguntando: ‘Che, ¿cómo te ganás la vida vos?‘
3) Seguís disfrazado a los 30 años con morral o carterita de yisca y sandalias de cuero, pero nadie te critica porque tenés una profesión ‘exótica‘.
4) Mechás cada cinco minutos en tus
conversaciones: ‘No seas etnocéntrico‘ (ver ‘Las 10 claves...‘) o ‘Eso (‘eso‘ es
una película porno o Marley por TV comiéndose una cucaracha), ESO también es
cultura‘.
5) Te encontrás con alguna amiga que no veías hace mucho tiempo y
cuando le contás que sos antropóloga, exclama: ‘¡Ah! ¡Sí! ¡Trabajás con los
huesitos!... ¿o era lo de los dinosaurios?‘
6) Versión 2 de la situación
anterior: ‘Che, vos que sos antropólogo/a, ¿sabés que me encontré unas piedras
raras cuando viajé al Sur? En serio, son alucinantes... ¿te las puedo mostrar y
me decís si valen mucho?‘
7) Terminás la carrera (lo lograste, ¡sí!, después
de los muchos –¡cuántos!- años que dura) ,y te encontrás con que las opciones
son:
a) trabajar como docente e investigador en una universidad (competitivo,
pasás a la opción b);
b) intentás entrar al CONICET (poco presupuesto,
altísimamente competitivo, pasás a la opción c);
c) pensás poner una pyme
para hacer tortas y catering para cumpleaños (eso sí: elegís esta opción, pero
tus recetas serán ‘étnicas‘)
8) Cuando reflexionás un poco más allá de las 7
claves anteriores ‘ y te das cuenta de que contás con otra perspectiva que ‘te
abre la cabeza‘, que te permite pararte en otro lugar para ver las mismas cosas
de siempre, pero a través de otro filtro. Entonces, comprendés que esa realidad
no está fijada ni decidida ni establecida así y para siempre por nadie; que se
puede cambiar porque las distintas personas, los distintos grupos aportan
miradas diferentes a partir de saberes y prácticas diferentes. Ahí advertís que
tu carrera es maravillosa y que no te equivocaste. Y lo más importante: que tu
trabajo puede contribuir para construir un mundo diferente, con más
sensibilidad, comprensión y respeto por y para todos.
Lo único es que (punto 3) intento no vestirme de cumbayá (*), aunque sí muchos de mis compañeros, especialmente los catalanes - única concesión que hago al look filoétnico son los collares, y además recuerden que los antropólogos urbanos somos ligeramente más modernillos, que para eso elegimos la rama; y que (punto 7) en lugar que un catering, creo que terminaré abriendo un chiringuito o igual un bed&breakfast.
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(*) para los que no sepan que es un cumbayá, es el típico joven que se cría en las facultades humanísticas y se encuentra a menudo en parques y manis por la vivienda o a favor de X pueblo indígena, reconocible fácilmente por su atuendo que consta casi siempre de: pantalones muy holgados de algodón crudo lisos o con rayitas, para él, o faldas muy anchas y largas estilo gitano romántico, para ella; camisas deteñidas, posiblemente con el logo de alguna asociación cultural o, en su versión catalana, de la federación de montañismo; zapatos de escalada en invierno y a menudo durante todo el año, a menos que en verano no usen sandalias de cuero estilo fraile ( de hecho hay dos tipos extremos de cumbayá con respecto a los zapatos, los heavys que usan las botas de montaña incluso en verano, y los monásticos que usan las sandalias con o sin calcetines hasta en enero). Como complemento suelen usar mochilas Quechua o bolsos étnicos o riñoneras (para ir a las fiestas de Gracia con el kit básico de sobrevivencia, 5 euros para las Xibecas, el mechero y la piedra de costo). No usan gafas de sol. El peinado suelen ser rastas o greñas en Catalunya y País Vasco. Se diferencian de los okupas por llevar más colores encima y por la onda más new age (muchos son vegetarianos). Les gustan los tambores y quieren hacer amistad con todo subsahariano o marroquí o lo que sea que ande por ahí lo importante es que sea representante de una minoría, posiblemente perseguida en su país (los palestinos y los saharauis son lo más en este sentido, porque además son bastante fumetas).
2 comentarios:
Cara Doctora:
He leído con una gran sonrisa la descripción analítica de los síntomas que describen al cumbayá, pero al finalizar me quedó una duda:
me gusta llevar pantalones de algodón (son muy cómodos), cuando hace mucho calor las sandalias son una buena opción, tengo una mochila Quechua, un bolso étnico y riñonera, aunque no fumo costo, no uso gafas de sol y como bien sabe llevo el pelo largo.
Según su diagnóstico, cree usted que tengo cura o lo mío es crónico?
Un abrazo!
(la veré por las calles de gràcia?)
A ver, sr. Vafalungo, en efecto usted tiene algún síntoma de la síndrome cumbayá. Sin embargo no estamos frente a un estadio muy avanzado de ella, así que no me preocuparía. Si lo mantiene controlado y seguirá mis indicaciones podría vivir tranquilamente el resto de sus días siendo portador sano. En todo caso, avíseme si le aparece algún rasta sospechoso o si de pronto le entran unas ganas desenfrenadas de comida hare krishna.
Mis mejores saludos, y no, este año me pierdo las fiestas, me voy a casita :)) muá
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